CRISTIAN OROZCO ESTÁ BAILANDO CON LAS ESTRELLAS
Para ir a bailar con Beyoncé al hotel Atlantis The Royal en Dubái hay un camino que puede tomar 20 años y empieza en la Casa Gardeliana en Manrique. Estos son los pasos para recorrerlo.
Cristian Orozco empezó a bailar a los seis años. Para entender cómo encontró su vocación a una edad tan temprana es importante saber que creció en Manrique: el barrio que es sede de la Casa Museo Gardeliana y que conecta a Medellín con el legado del tango y con Carlos Gardel, su máximo exponente.
Siendo aún niño, Cristian recuerda sentirse atraído por las Tangovías que se tomaban las calles cerca a su casa durante el Festival Anual del Tango y fue así como encontró en el baile un amor para toda la vida. A los nueve años vinieron las academias de baile y con ellas los retos económicos; primero estuvo la BNF, que, con sede en el Poblado, hizo que su mamá le hiciera saber que sólo podría cubrir el costo de las clases o los pasajes. En lugar de tomar esto como un obstáculo, decidió empezar a vender ‘mecato’ en el colegio. Renunciar nunca fue una opción.
El esfuerzo valió la pena y fue gracias a esta academia que eventualmente pudo hacer sus primeros viajes fuera del país, empezando con un importante congreso de salsa en Los Ángeles y otros shows en Miami. Este periodo fue clave no sólo para su formación técnica y para adquirir destreza en diversos ritmos, sino también para darse cuenta de algo importante: quería dedicar su vida al baile, conocer el mundo a través de su trabajo y, por qué no, hacer parte de producciones de talla mundial. Hoy, con 26 años y a una semana de haber sido uno de los bailarines que se presentaron junto a Beyoncé en la apertura del hotel Atlantis The Royal en Dubái, Cristian puede decir que se está cumpliendo a sí mismo.
En cuanto me enteré de lo que había logrado a través de Instagram, le envié un DM invitándolo a que nos reuniéramos por videollamada y él, muy amablemente, aceptó. El resultado es esta conversación en donde me contó cómo fue a parar a una audición para la primera presentación en 4 años de la artista musical más respetada de esta generación, cómo es Dubái vs la idea de Dubái, el valor de crear tus propias oportunidades, los mejores bailaderos en Medellín y, por supuesto, a qué huele Beyoncé.
FELIPE: ¡Hola Cristian! Muchas gracias por estar aquí. Antes que nada, felicitaciones. Me parece demasiado increíble.
CRISTIAN: ¡Hola Felipe! Gracias a ti por invitarme a este espacio. Todavía no me la creo y por más mensajes que me lleguen en este momento todavía estoy en modo: “Marica, yo viví eso, no lo puedo creer.” A mi siempre me ha encantado Beyoncé. Es un sueño hecho realidad, todo pasó demasiado rápido.
FELIPE: Ni me imagino. Rigor al 100. ¿Qué tan rápido?
CRISTIAN: La audición fue un lunes. Me dieron la noticia el miércoles y el viernes empezamos ensayos. Al sábado siguiente teníamos el show.
FELIPE: Empecemos desde el momento cero. ¿Qué estás haciendo en Dubái? Porque me imagino que no te fuiste buscando específicamente esta audición.
CRISTIAN: No, es algo que se dio estando acá. Yo tenía otro trabajo. Llegué en noviembre con un contrato hasta el dos de enero y planes para devolverme a Colombia esa misma semana. A última hora decidí quedarme un mes más porque algunas personas me hablaron de unas propuestas extras y en enero no suelo hacer muchas cosas, las academias con las que trabajo empiezan clases a mitad de mes. Entonces decidí quedarme y el 5 de enero me dijeron: “El 9 hay una audición para bailar con Beyoncé.” Y yo quedé…
FELIPE: Hagamos doble click ahí antes de seguir. Me interesa conocer cómo pasaste de estar radicado en Medellín a dar el salto a Dubái.
CRISTIAN: En resumen, tengo muchos amigos que viven acá porque una academia en la que yo bailaba en Medellín tiene sede allá y acá. A Leidy (Johana Henao), que también bailó en el show y que está radicada acá hace 9 años, la conozco de esa academia. Me habían hablado varias veces de oportunidades para venir pero no había encontrado la correcta. Un amigo estuvo de vacaciones en Medellín, fue a verme en algunos shows, me publicó en sus historias bailando y un amigo de él que tiene una agencia en Dubái las vio y le llamaron la atención. Él me mandó un mensaje por Instagram pero yo nunca lo vi.
[Risas]
Al mes, cuando mi amigo se devolvió para Dubái, me dijo: “Cris, te hablaron. Puede ser un contrato bueno.” Entonces hablé con él, me preguntó si era coreógrafo y me habló de un proyecto para ser el coreógrafo de las presentaciones en un hotel durante dos meses. A partir de ahí todo se dio súper rápido en un mes. Fue muy chévere.
FELIPE: Bueno entonces llegaste a Dubái. ¿Cómo fue ese cambio? Me imagino que fue tremendo choque cultural.
CRISTIAN: Mira que yo también pensé que iba a ser súper duro y más porque yo estoy muy acostumbrado al ambiente gay y lo liberal, entonces estaba pensando en los tabús y esas cosas. Pero al llegar vi las cosas muy normales y algunos amigos me explicaron que hace unos dos años ha ido cambiando mucho todo. Hay demasiados turistas y eso acelera que todo cambie para que la ciudad sea tan atractiva como quieren que sea. Entonces la verdad no me ha tocado duro, ni he sentido un choque demasiado fuerte. Mi experiencia acá ha sido súper normal, aparte de tal vez algunas miradas en un centro comercial, nunca ha habido nada discriminatorio ni maluco. A diferencia de en Abu Dhabi o Arabia Saudita, me cuentan que las tradiciones sí siguen siendo muy fuertes allá.
FELIPE: ¿Qué te ha sorprendido gratamente?
CRISTIAN: Las oportunidades. Creo que aquí hay demasiadas oportunidades y que son bien recompensadas monetariamente. Se gana súper bien en lo que sea y creo que es una de las razones de por qué la gente se está viniendo para acá.
FELIPE: ¿Y qué se puede decir de eso en relación con el costo de vida? Me imagino que así como se gana bien, también debe ser muy caro todo.
CRISTIAN: Sí. Si uno se pone a comparar por ejemplo con Colombia, un arriendo acá es lo más costoso que te puedas encontrar. La comida también. Y lo sentí cuando me tocó mercar por primera vez después de que se acabó el contrato con el que vine, que me cubría todo durante los dos meses. Pero igual pienso que se remunera lo suficientemente bien para que exista el balance.
FELIPE: Hablemos de tu proceso. Una cosa es desear vivir del baile y llegar a lugares como este y otra es encontrar el punto de equilibrio para poder hacerlo.
CRISTIAN: Cuando yo entré a esa primera academia en el Poblado me hice pareja de baile de una niña y en algún momento la mamá de ella se dio cuenta de que yo vendía dulces en el colegio para poder costearme las clases. Ella decidió hablar en la academia y me ofrecieron una beca. Un tiempo después logré pasar al elenco principal de la academia, o sea el elenco que participa en presentaciones, concursos, viajes… y eso viene con un sueldo fijo, entonces pude ser más independiente. Estando en esa academia empecé a explorar el hip hop y el estilo urbano, que me encanta. Al año siguiente me cambié de academia y allá me ofrecieron la oportunidad de ser profesor. Aún así me tocaba tener otros trabajos; trabajé en Claro, en call centers, en OFFCORSS, también como promotor… fue un camino largo hasta poder vivir del baile.
Aunque el baile siempre fue mi prioridad y si los horarios del trabajo no me daban para seguir, escogía el baile. Mi mamá me decía: “Usted me deja morir de hambre antes que quedarse sin bailar.” Ella lo sabe.
[Risas]
Pero a pesar de todo me ha ido bien con eso porque, en los trabajos que he tenido, siempre me daban los permisos para cumplir con mis clases, conseguía el horario que me funcionaba y así duré aproximadamente hasta el 2019, cuando me fui seis meses para Estados Unidos a seguirme formando y poniendo a prueba. Regresé en Octubre sin trabajo, luego llegó la pandemia y ahí me vi cogido. En 2021 me cambié otra vez de academia, allá también me ofrecieron una oportunidad para ser profesor, esta vez con un mejor sueldo, y gracias a Dios desde el 2021 he podido vivir del baile.
Mi trabajo fijo es ser profesor, pero también aparecen oportunidades para hacer comerciales, bailar en festivales como La Solar, trabajar con artistas… He estado trabajando con Mar Mejía, a quien amo, dándole clases y como bailarín. Son esos proyectos extra los que hacen todo más fácil.
FELIPE: Pienso que con muchos trabajos creativos salir adelante puede convertirse en una cuestión de qué tanto mostrás tu trabajo. Por ejemplo, si alguien trabaja en diseño gráfico, a lo mejor las oportunidades aparecen cuando se trabaja bien y se comparte ese trabajo. Pero con esto que me has dicho, me pregunto si el voz a voz y la reputación que te has creado han sido suficientes para mantenerte vigente. ¿Cómo se mantiene vigente un bailarín aquí en Colombia?
CRISTIAN: Siento que todo tiene que ver. En la pandemia todas las audiciones eran virtuales y ya de entrada eso implicaba tener un buen registro de lo que uno hace. O también decían “envíame tu Instagram” y ahí pueden ver tu registro, tu portafolio, es un aspecto muy importante. Pero el voz a voz también, porque tal vez le preguntan a un coreógrafo o a una academia por bailarines con ciertas características y si no tienes esas relaciones, es mucho más difícil. Mi opinión es que sirve demasiado ir a diferentes clases. Hay muchos bailarines que se quedan encapsulados en sus propias academias y es muy importante integrarse en diferentes espacios, conocer estilos distintos, profesores que enseñen de varias maneras… eso nutre demasiado y es lo que yo he hecho siempre, también es lo que me ha ayudado a que conozcan mi trabajo en el gremio. Una cosa lleva a la otra.
FELIPE: Eso me parece muy interesante porque suena a una manera de crearte tus propias oportunidades, contrario a esperar a que las cosas pasen.
CRISTIAN: Algo que se dice mucho es que las oportunidades son para las mismas personas. Pero si coges a quienes dicen eso y les preguntas “¿Y tú qué has hecho para que la oportunidad sea tuya y no de alguien más?”, generalmente son personas que, sin importar qué tan buenas sean, no han dado pasos para dar a conocer su trabajo. Y en mi caso nunca fue una cuestión de “Voy a ir a este lugar a darme a conocer”, sino más de “Voy a ir allí a aprender”, porque mi meta ha sido ser un bailarín integral y subir de nivel.
FELIPE: Ahora sí, a lo que vinimos. Beyoncé. Ella no se presenta en vivo desde que hizo Coachella/Homecoming en 2018 y batió récords. De entrada te dicen que es una audición para bailar con ella en este mega evento. ¿Cuáles fueron los retos que asumiste para participar en este proceso?
CRISTIAN: Lo primero que me dijeron fue: “No eres el prototipo que están buscando, pero si quieres te arriesgas y tal vez te seleccionen por talento.” Yo dije: me importa un culo, voy con toda. Y con mayor razón cuando me dijeron que la audición la iba a dictar Ashley Everett, que es la capitana de baile de Beyoncé. Entonces yo dije voy a ir solo por tener esa experiencia. Luego me dijeron que había que mandar ciertos documentos que no tenía porque claramente soy turista, entonces mandé todo y especifiqué: no tengo esto y aquello, ¿puedo ser parte de la audición? y me contestaron que no había ningún problema y que me esperaban el lunes. Los nervios que me dieron fue algo impresionante y siento que terminé haciendo más una preparación mental que física. Estuve muy ansioso los tres días antes y mis amigos me tuvieron que sacar para distraerme porque yo solo podía pensar: “no la puedo cagar, no me puedo equivocar, este es EL momento.”
FELIPE: ¿Y qué te ayudó a hacer ese trabajo mental para calmarte?
CRISTIAN: Es difícil, igual la adrenalina siempre va a estar en esas situaciones. Hay gente que dice que los nervios traicionan, pero yo pienso que me ayudan a darla más. Me acuerdo que la vez que estuve más asustado fue en mi primera competencia de tango en 2011, éramos solo mi pareja y yo en el coliseo de la Universidad de Medellín y estaba lleno, fue televisado en vivo por Teleantioquia… pero yo soy muy católico y le pido a Dios que me acompañe en esos momentos. Se trata de mentalizarse para saber que sin importar qué tan buenos sean los demás, uno también puede darla toda.
FELIPE: Entonces llega el día de la audición. ¿Qué pasa ahí?
CRISTIAN: Llegué a las tres en punto al lugar que nos indicaron. No estaba señalizado pero identifiqué a otros bailarines y caminé detrás de ellos. Adentro nos asignaron un número a cada uno, nos tomaron fotos y estuvimos allá hasta las nueve de la noche practicando una coreografía que nos habían mandado con anticipación por video, era una canción de Usher. La hicimos en grupos de cinco alternando posiciones cada vez, había que improvisar a ratos y estaban grabando todo el tiempo, porque esos videos iban a ser enviados a Los Ángeles para tomar las decisiones finales.
FELIPE: ¿En qué momento te vuelven a contactar?
CRISTIAN: Eso fue el lunes. El miércoles pasó algo muy curioso y fue que Mateo (Betancur), el otro chico colombiano que seleccionaron, me escribió para preguntar si sabía algo y como yo soy tan recochero le dije: “Claro, aquí tengo ya la lista de todos los ensayos.”
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Después de eso me metí al correo a revisar y efectivamente ahí estaba el mensaje que decía “Congratulations!”, ahí mismo se me aguaron los ojos.
FELIPE: Lo manifestaste.
CRISTIAN: Ahí mismo me tomé una foto, le conté a mi mamá y ella se encargó de contarle al resto de la familia. Ese día todo se supo. Miércoles a las 3:17pm.
FELIPE: ¿Cuántas personas se presentaron y a cuántas seleccionaron?
CRISTIAN: Unas 105 entre hombres y mujeres. Al final escogieron 6 hombres y 15 mujeres. Ese mismo viernes nos recogieron y nos llevaron al hotel, Atlantis The Royal, que es el nuevo. Hay dos Atlantis en la misma zona, el antiguo que tiene un estilo árabe y este nuevo que hicieron más moderno porque tienen mucha plata y les gusta tirarla pa’ arriba.
[Risas]
FELIPE: El pico de la ostentación.
CRISTIAN: Acá todo tiene que ser lo más exagerado. O sea estamos hablando de un opening de un hotel. ¿Qué hotel contrata a Beyoncé para la inauguración? Además de todas las celebraciones alrededor del evento con celebridades que ellos traen hasta acá para las activaciones: Kendall Jenner, Chloe y Halle…

FELIPE: Entonces llegaron al hotel.
CRISTIAN: Ensayábamos en el salón grande, que aquí lo llaman ballroom. Todo estaba milimétricamente marcado con cintas y señales de cómo iba a ser el escenario. Nos hacían la prueba del COVID todos los días y después tomábamos posiciones. El primer día fuimos solo los bailarines nuevos para que nos pusieran al día con los ensayos. Al día siguiente se unió al equipo de bailarines de Los Ángeles. Los ensayos podían ser de ocho horas o de doce. Dos días antes del concierto ensayamos hasta la una de la mañana porque ensayamos el show oficial completo dos veces con vestuario, setlist. Fue el mejor ensayo de mi vida. Hasta llegamos a pensar que iba a traer de sorpresa a Shakira porque incluyó Beautiful Liar, que no la canta en vivo hace años.
FELIPE: ¿Crees que inmediatamente se sintió la diferencia con tus experiencias previas en cuanto a la rigurosidad o te adaptaste fácil?
CRISTIAN: El nivel es otro. Estar con esa gente es saber que siempre tienes que hacer todo bien. Y si miras a sus bailarinas de Los Ángeles, ellas hacen cada ensayo como si fuera la presentación en vivo.
FELIPE: A Beyoncé se le conoce mucho por el nivel de confidencialidad extrema que maneja en todos sus proyectos. ¿Te tocó vivir algo de eso?
CRISTIAN: En el contrato estaba estipulado que no se podía hablar de nada de lo que pasaba en los ensayos. Después de las pruebas de COVID nos ponían un sticker que cubría todas las cámaras del celular para que no tomáramos fotos y el día que se acabaron los stickers, nos decomisaron los celulares.
FELIPE: Quiero saber cuál es el preciso instante en que ves a Beyoncé por primera vez.
CRISTIAN: Fue increíble. El lunes nos dijeron que el ensayo iba a ser en el stage. Precisamente el día antes se había lanzado una nueva colección de IVY PARK (la marca de ropa deportiva de Beyoncé en colaboración con adidas). Yo llegué a mi posición y lo primero que vi fue a alguien que tenía una chimba de buso naranjado, un pantalón del mismo color, gorra morada, el pelo suelto, gafas, tapabocas. Y yo dije: Esa es Beyoncé. Todos nos miramos y nadie lo podía creer.
Ella se subió al escenario y empezó a revisar cómo estaba todo mientras nosotros tratábamos de actuar normal. Ese día empezó a llover y creímos que ella se iba a ir para cuidarse, pero se tapó con un buso negro y se quedó viéndonos ensayar. Yo estaba cagado del susto.
FELIPE: Yo vi algunos de los videos y estabas relativamente cerca.
CRISTIAN: Al día siguiente ensayamos otra vez en el escenario. Cuando menos pensabas te volteabas y ya estaba ella ahí al lado marcando las posiciones. Después nos dieron in-ears y era como tenerla cantándote al oído. El miércoles nos tocó la primera prueba de vestuario. Había toda una sección del hotel adecuada para ser un estudio de vestuario con máquinas, de todo. Y Beyoncé iba paso por paso con la mamá aprobando cada detalle.
Ese día también la vimos por primera vez con el vestuario del show, el vestido rojo, y nadie lo podía creer. Se veía espectacular.
FELIPE: ¿Qué tanto pudiste interactuar con ella?
CRISTIAN: Hubo un momento en que nos indicaron a todos los hombres que saliéramos a la tarima con las máscaras del vestuario. Yo estaba muy pendiente, salí de primero y ahí estaban ella y la coreógrafa. La vi al frente mío y quedé con la misma cara de la máscara. En ese instante Beyoncé me extendió la mano y viéndome a los ojos me dijo: “You look stunning!”
FELIPE: ¿Y cómo no perdiste el control en ese momento?
CRISTIAN: Porque en el contrato estaba estipulado que no debíamos demostrar demasiadas emociones.
[Risas]
Nos dijeron que no debíamos actuar como súper-fans. Pero yo siento que era con el fin de no incomodarla, porque en realidad ella es demasiado relajada. Si tenías algo para decirle lo podías hacer. Sin embargo yo creo que ella me vio la cara y lo hizo con el fin de hacerme sentir tranquilo. Tiene unos ojos hermosos, no necesita photoshop. Es perfecta. Yo dije: “Estoy tocando a un ángel.”
FELIPE: Esa mano no se lava.
CRISTIAN: Me la voy a cortar y la voy a poner en la nevera.
FELIPE: ¿Y qué tal escucharla cantar?
CRISTIAN: Ella canta todo en vivo, la pista no tiene voz. El día que ensayamos todo el concierto creí que no iba a cantar de verdad para cuidarse para el show. En el momento del final cuando le cae agua con unos rociadores empezó esa mujer a cantar y la dio toda como si tuviera el público al frente. Menos mal tenía esa máscara puesta porque yo la miraba y se me salía la lágrima. No lo podía creer. Yo sólo miraba al cielo, la escuchaba a ella, me bajaba la lágrima y decía: “Gracias Dios.”
FELIPE: Cada Trululú que vendiste te trajo hasta ese momento.

COUNTDOWN
FELIPE: Quedan 24 horas antes del concierto. ¿Cómo las viviste?
CRISTIAN: El viernes salimos muy temprano, a las 7:00pm. Ella se veía súper tranquila pero la atmósfera era demasiado emocionante. Esa noche había una presentación de baile en la que iban a participar unos amigos con los que vivo, entonces fui a verlos y me sirvió mucho para distraerme. Se había hablado de qué pasaba si nos invitaban al after-party, porque íbamos a tener que comprar ropa, y también de cuál iba a ser el plan B en caso de que no.
Al día siguiente me fui para un centro comercial a la 1:00pm a comprar la ropa y sólo podía pensar “Es hoy, es hoy, es hoy.”
Teníamos el primer llamado a las 3:00pm y estando allá se empezó a sentir nostalgia porque a pesar de que fue solo una semana, fue un proceso muy bonito en el que compartimos todo el tiempo, todos los días y había una energía muy alta porque sabíamos que íbamos a bailar con Beyoncé. Nadie quería que se acabara.
El llamado para el show era a las 10:20pm. A las 10:30pm empezamos a organizarnos y el concierto empezó a las 11:00pm. Duró exactamente una hora y se hizo en toda la fachada exterior del hotel frente a una fuente gigantesca de la que salía fuego, pirotecnia…
FELIPE: La hora más rápida de tu vida.
CRISTIAN: Y también la mejor. Fue muy emocionante porque el público de acá es difícil y para que aplaudan o reaccionen se necesita, pero durante todo el show se escucharon los gritos y eso me sorprendió. Es Beyoncé.
FELIPE: ¿Sentiste más emoción o nervios?
CRISTIAN: Lo que me ayudó a sentir mucha más emoción fue que ese día le conté por primera vez a mis close friends en Instagram y me empezaron a llegar muchos mensajes muy bonitos. Mi mejor amigo me mandó un mensaje que me hizo llorar… y yo casi no lloro, pero la magnitud de lo que estaba viviendo y las palabras de la gente, de mi familia, era algo increíble. La gente se inspira.
FELIPE: Este es ese tipo de cosas que le hacen preguntarse a uno, ¿Qué sigue después de esto?
CRISTIAN: Era mi sueño más imposible. No sólo porque es ella sino porque si ves sus presentaciones, como Homecoming o el Super Bowl, es cierto que hay un prototipo de bailarines entre los hombres con los que ella trabaja. Aún así yo pensaba “Algún día”, y mirá, sucedió en menos de 15 días.
FELIPE: Es muy curiosa la manera en la que se dio todo porque no es como que te hayan dicho de esta audición seis meses antes y te hayas preparado todo ese tiempo, sino que apareció la oportunidad y pudiste demostrar que estabas listo.
CRISTIAN: Además yo nunca me imaginé que algo como esto me fuera a pasar en DubÁi. Yo siempre pensé que para llegar a esto iba a tener que estar en Los Angeles y participar de audiciones o estar en contacto con ciertas agencias.
FELIPE: Si este es el último escalafón, ¿qué sigue de aquí? Obviamente muchas cosas, pero me pregunto si las tienes mapeadas.
CRISTIAN: Esa es la pregunta que nos hacíamos todos. Al mismo tiempo, no por haber tenido esta oportunidad quiere decir que mañana salgo en avión para Los Angeles y que tengo una gira asegurada. Me encantaría, sería una experiencia brutal hacer parte de una gira con alguien como Rihanna o Ariana Grande y estar en escenarios alrededor del mundo. Pero por el momento se trata de volver a cosas más tangibles y no enloquecerse. Por ahí ya hay algunas propuestas y eso es lo más importante.
FELIPE: Es como si hubiera que ponerse a prueba cada vez como si fuera la primera.
CRISTIAN: Sí. Se trata de mantenerse en la vanguardia y de avanzar porque al final del día hay muchas personas formándose constantemente. No se trata de decir “ya hice esto y hasta ahí llegué.”
🔥 RONDA DE PREGUNTAS RÁPIDAS 🔥
FELIPE: ¿Qué le dirías a una persona que esté empezando en el mundo del baile y que vea este tipo de oportunidades como algo inalcanzable?
CRISTIAN: Hay que seguir. Seguir adelante y no prestarle tanta atención a los distractores o lo destructores que pueden llegar a ser algunos comentarios de la gente porque claramente todo es una evolución y un proceso. Y no todos empezamos siendo buenos de la noche a la mañana, pero si está el sueño uno debería seguir y buscar el espacio que le funcione, tener la capacidad de identificar si alguien no valora el esfuerzo y cambiar de nuevo. Hay que tener la mente abierta a aprender todo el tiempo. Por ejemplo yo no me creo el mejor bailarín y aún así pude bailar con Beyoncé. Hay que disfrutar y amar mucho el baile.
FELIPE: ¿Cuál es la mejor manera de crear oportunidades estando en Medellín?
CRISTIAN: Conociendo las escuelas y saliendo de la zona de confort para intentar diferentes cosas y lugares. Es un beneficio de doble vía porque uno aprende y al mismo tiempo se da a conocer.
FELIPE: ¿Y qué escuelas recomiendas?
CRISTIAN: Stilo Urbano es un gran lugar para empezar. Igual que Playdance. Y The Rhoom es un espacio muy versátil en Belén, enseñan diferentes estilos por clases individuales entonces es como tener diferentes opciones en un mismo lugar.
FELIPE: Parches a los que todo el mundo debería ir en Medellín:
CRISTIAN: Midnight. Qué rico perrerar en Midnight. [Risas]. También Flamante. He pasado muy bueno allá. Bangkok. Y para irse a cantar pop, me encanta Chiquita, Oráculo… esas son mis casas.
FELIPE: Del aeropuerto vas para allá.
CRISTIAN: ¡Lo he hecho!
FELIPE: La pregunta es, ¿Lo recomiendas?
CRISTIAN: ¡Obvio!
[Risas]
FELIPE: ¿A qué huele Beyoncé?
CRISTIAN: Antes de conocerla nos estábamos preguntando eso. Es un olor demasiado fresco, no es fuerte ni concentrado. No es lavanda, es un olor limpio. No sé cómo explicarlo pero es demasiado rico. Cuando me abrazó fue lo primero que hice, olerla. ¡No te conté eso! Nos invitaron al afer-party.
Se acabó el concierto, nos dieron champaña y nos dijeron que nos fuéramos de inmediato a ponernos las manillas para entrar al rooftop del otro hotel Atlantis, el antiguo. La fiesta era en el rooftop, encima de ese espacio que tiene en el centro de la fachada.
Llegamos y vimos a Kendall Jenner, estaba allá con su marca de tequila (818), que era el trago oficial del evento. De una lo pedimos.
FELIPE: Pausa. Review del tequila.
CRISTIAN: Rico. Suave. A mi me gustó porque es suave. Aunque yo me tomo hasta el agua del baño. [Risas]. Pero estaba rico.
Beyoncé había estado sentada en la barra justo al frente nuestro y hubo un momento en que se volteó y nos vio. Se dejó venir y me levantó la mano para que se la chocara. Yo se la choqué y ella, sosteniéndome con los dedos cruzados, me dijo: “Good job!”
FELIPE: ¿Le pediste foto?
CRISTIAN: Nos dieron la misma advertencia de siempre y fue que no tomáramos fotos. Pero yo sé que si se la hubiera pedido, ella me la daba. Sin embargo no quisimos dañar el momento porque era un espacio demasiado privado y si nos invitaron, no queríamos que se sintiera incómoda. Es demasiado humana. Yo he bailado con artistas que después del show ni siquiera te saludan y ella se dio a la tarea de reconocernos y decirnos que hicimos un buen trabajo. Se quedó hasta las 5:00am, nos abrazó y se despidió.
FELIPE: Una noche para la historia.
CRISTIAN: El ambiente fue lo mejor. Sonó Michael Jackson, Bruno Mars… cuando me pusieron Bad Bunny a las cuatro de la mañana fue que empecé a darla toda, yo era el que las cantaba todas. Luego salimos a ver la vista desde el balcón para absorber ese momento y yo no lo podía creer. No necesitamos la foto.
FELIPE: Para ir acabando… tres habilidades que te han ayudado a llegar hasta aquí.
CRISTIAN: Dedicación. Constancia. Y paciencia. Uno no puede pretender que las cosas sucedan de la noche a la mañana y siento que la gente ahora es muy dada a querer todo ya. Salir en un video ya. Subirse a un escenario ya. Y todo es un proceso en el que hay que trabajar de la mejor manera posible. Yo no llegué a Dubái porque estuviera desesperado por viajar, me contactaron por mi trabajo y se me dio. Pero sí sabía que llegar aquí estaba en mis intenciones, solo estaba esperando la oportunidad correcta.
FELIPE: ¿Qué trabajos te hicieron sentir orgulloso de ser bailarín antes de este logro?
CRISTIAN: Mi primer trabajo importante fue una audición cerrada para bailar en Chica HTV 2013, cuando el canal y el concurso eran un boom. Yo era menor de edad y aún así nos seleccionaron a otro amigo y a mí. Ahí tuve la oportunidad de estar con Maluma, J Alvarez, Chino y Nacho, Pipe Bueno, Fanny Lu.
En estos últimos años he trabajado más como profesor y lo que me llena mucho es ver la satisfacción en mis alumnas, poderles transmitir la pasión por esto y sentir el agradecimiento de las mamás cuando se acercan y me dicen que quieren que yo siga acompañando sus procesos.
FELIPE: Un proyecto soñado que quieras manifestar…
CRISTIAN: La gira con Beyoncé. Para el nuevo disco, Renaissance.
FELIPE: ¿Si alguien quisiera tomar clases con Cristian Orozco, cómo lo puede hacer?
CRISTIAN: Todavía no sé. Tengo tiquete de regreso para el dos de febrero pero creo que no me voy a ir ese día. [Risas]. He recibido algunas propuestas para dar clases en una academia, entonces quiero aprovechar que ya estoy acá para tener un poquito más de recorrido. Pero a Colombia sí quiero volver y cuando esté en Medellín, si alguien quiere clases personalizadas me puede escribir por Instagram.
FELIPE: Bueno en Dubai ya es casi medianoche, no te quito más tiempo. Muchísimas gracias por sacar el rato para compartir esta historia tan increíble y de nuevo felicitaciones por haber estado ahí.
CRISTIAN: Gracias a ti por querer escucharme y por compartir la emoción. ¡Qué tengas buen día!
¡Llegaste al final de otra historia exclusiva de este blog! Gracias por leer hasta aquí. Podemos seguir conversando al respecto en los comentarios, DMs, Whatsapp y demás :)
Agradecimiento especial a mi amiga Mariana García, bailarina radicada en Canadá, que me ayudó a prepararme para esta conversación.
FOTOGRAFÍAS: Cortesía Cristian Orozco.
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